El próximo 11 de noviembre se producirá un evento sin precedentes en la
historia de la Tierra. Por primera vez se activarán de manera definitiva los
códigos de luz del alma. Los mismos que fueron desactivados hace miles de años.
Se cumple así un requisito imprescindible para la llegada de la nueva
Tierra: el ser humano, para ascender, tiene que estar completo.
Recuperaremos de este modo lo que nos pertenece por derecho propio: el
recuerdo de quiénes somos y para qué hemos venido, así como las capacidades que
nos son inherentes.
Pero una cosa es recuperar y otra saber utilizar.
Para las personas que están despiertas, la recuperación de esos recuerdos y
capacidades puede representar una bendición. Muchos llevan años anhelándolo.
Sin embargo, los que aún continúan anclados en la vieja energía pueden verse
inmersos de repente en un profundo caos interior. Recuerdos a los que no
encuentran sentido y percepciones que no comprenden y que, además, les asustan.
Será necesario que, tras esa fecha, las personas que trabajan al servicio de la
Luz aúnen sus esfuerzos para ayudarlos a integrar el proceso.
Cada uno de nosotros debe prepararse previamente para ese momento, tal como
nos aconseja el Maestro Kuthumi con estas recomendaciones:
1. Buscar la paz interior. Un momento
de silencio al día para escuchar la voz del corazón.
2. Recibir conscientemente la luz del sol, con
la intención de absorber su poder sanador y elevador de frecuencias.
3. Mantener el rumbo en la dirección
indicada por la voz del corazón.Aquello que somos se manifiesta en estos
días más que nunca. Caen las vendas que nos cegaban, se derrumban barreras que
nos limitaban. Por fin, muchos de nosotros nos animamos a emprender aquello que
vinimos a realizar aquí, en esta dimensión.
4. Practicar el desapego de viejos patrones
limitantes. Abandonar los pensamientos, costumbres y reacciones que
alimentan aún la antigua energía, procurando transformarlos en luz por medio
del amor.
5. Fomentar el Amor en todas nuestras
relaciones, las que más amamos y las que nos conectan con el miedo.
Estas últimas son las que más nos elevarán si somos capaces de bañarlas de amor
y aceptación.
6. Recibir la energía de la Fuente en
meditación. Su influencia en nuestros cuerpos sutiles es inmensa. Posee un
gran poder transmutador que nos libera y nos conecta.
7. Sentirnos Uno. Practicar en
nuestras visualizaciones la Unión con todo lo que es y con todo lo que existe.
Cuando llegue el momento recibiremos en nuestro interior una gran luz. Esa
luz trae los códigos de activación que necesitamos para recordar. Son códigos
de una vibración muy alta. Cuanto más elevada sea la propia vibración durante
ese día más armónica resultará la entrada de la luz y su anclaje en cada uno de
nosotros.
Podemos prepararnos como nos recomienda el Maestro Kuthumi pero, además,
ese día debemos dedicarlo especialmente al cuidado de la propia energía, al
equilibrio interior, a mantener la vibración bien alta. Actividades como
meditar, pasear al sol o estar en contacto con la Naturaleza son las más
recomendables. Hay que evitar especialmente todo lo que nos desconecte de
nuestra esencia. Deberemos alimentarnos con moderación, procurando no ingerir
alimentos de baja vibración, como la carne o los vegetales transgénicos, y
realizar algún ejercicio físico que nos ayude a activar el flujo sanguíneo, ya
que los códigos de luz serán transportados a través de la sangre, desde el
corazón al resto de nuestro organismo.
La activación se estará produciendo durante todo el día, pero no
percibiremos completamente sus efectos hasta el día siguiente, después de haber
dormido un mínimo de seis horas.
A partir de la mañana del 12 de noviembre muchas personas sentirán el
profundo deseo de dar un giro completo a sus vidas, otros emprenderán su camino
con fuerzas renovadas y otros sentirán una gran confusión interna. Los efectos
variarán en función del grado de evolución de cada uno y de las resistencias
que esté oponiendo al proceso de cambio que todos estamos experimentando.
El objetivo de esta activación es acabar con las limitaciones que, desde el
interior de nosotros mismos, nos están impidiendo evolucionar o despertar. No
se trata de una injerencia en el libre albedrío de los seres humanos. Se trata
de eliminar una limitación que nos fue impuesta hace miles de años, cuando
algunos seres confusos decidieron interferir en nuestro proceso evolutivo.
Detenernos a explicar el cómo y el por qué de aquel suceso sería
adentrarnos en la vieja energía de separación y lucha, de la que ya nos estamos
alejando. Ya no importa cómo, cuándo, dónde, quién o para qué. Dentro de poco
estará resuelto.
El 11 del 11 del 11 se producirá una gran activación, pero no será la
última. Grandes acontecimientos nos esperan a la vuelta de la esquina.
Recibámoslos con amor, libres de temores e inquietudes, porque llega el reino
de la Luz a la Tierra, y eso se merece una gran fiesta.
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