Este día decidí escribir un poco sobre algo que no tiene una relación directa con la magia o el paganismo, aunque como todo en el Universo, está conectado.
No todo tiene que ser Felicidad... la vida esta hecha de momentos, buenos y malos, algunos mejores, otros peores, así como podemos observar la salida del Sol, podemos ver la Luna aparecer. Todo es parte de un Ciclo.
Lo que sucede es que estamos muy mal acostumbrados: queremos ser felices por siempre, eternamente, pero me atrevo a señalar que la felicidad es un estado de ánimo y no un sentimiento, pues podemos estar tranquilos aunque estemos tristes, podemos ser felices a pesar de situaciones nefastas en nuestras vidas.
Y uno se preocupa por cosas banales de tipo sentimental-denigrante que no conducen sino a un incremento del egoísmo que llevamos en nuestro interior. Si, el amor llega cuando es el momento, de la persona que esperes o de otra, en el momento que quieres o en otro; todos los males terminan por pasar, pero sumidos en un estado de depresión todo lo que veremos será un panorama oscuro y frío.
Y no digo que este mal sentirse triste, por el contrario, podemos sacar provecho, aceptar y transmutar, siempre lo sostengo. Es difícil: claro! Todo lo bueno de la vida cuesta, porque con cada acción que realizamos nos vamos puliendo, hasta terminar por brillar infinitamente...
Muy de acuerdo con que no siempre se puede estar feliz. Aún nuestra vida la visualizamos en una bipolaridad. Si la felicidad fuera un estado permanente ya ni nos percataríamos de ello, puesto que no hay parámetros con qué señalar la diferencia entre ser feliz y no serlo. Shopenhauer dijo que el dolor es necesario en la vida, pues solo conociéndolo es que podemos valorar la alegría. La cuestión es estar consciente cuando la vibración energética suba o baje, para que el personaje que interpretamos transite por diversas emociones sin que se pierda la ecuanimidad y sin caer en estados tormentosos.
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