“Si
alguien dijera que voy a morir si no como caldo de carne o carne de cordero
incluso por consejo médico, preferiría morir. Esa es la base de mi
vegetarianismo. Para mí ese fue un gran descubrimiento en mi búsqueda de la
verdad”. Mohandas Gandhi.
Hace
unos momentos que visitaba uno de los tantos grupos de paganos que frecuento,
me encontré un tema bastante interesante, ¿Porqué ser vegetariano o no serlo? Pero
sobre todo, ¿cual es su relación con la espiritualidad?
¿Sienten
las plantas?
lo importante radica en lo que entendemos por
sentir, ya que en el caso de los animales sienten dolor porque poseen un
sistema nervioso y poseen un cerebro, y de ambas cosas carecen las plantas, esa
sería la gran diferencia, las plantas están vivas, pero es como si estuvieran
"dormidas físicamente" hablando en planos espirituales es muy
distinto, porque en verdad podemos tener un fuerte vínculo con ellas, recuerdo
las tantas veces que observo eso con mi madre, ya que cuando se enfermó y
estuvo ausente de casa, las plantas “sintieron” su ausencia, pues mostraron un
aspecto más marchito.
Por el otro lado, el hombre consumió carne
producto de ciertas carencias en determinados momentos de su historia, por
ejemplo, en la era glacial, que no habían frutos ni semillas. Basta poner
atención en la forma de nuestro cuerpo: no tenemos colmillos afilados ni
dientes para desgarrar carne, poseemos un intestino corto igual que la mayoría
de los herbívoros, el tipo de ácidos que produce nuestro sistema digestivo, en
fin, me cansaría de enumerar una serie de cosas mas; sin embargo, lo peor es la
industria cárnica, a pesar de que
actualmente ya no hay razón para ser carnívoro (desde el punto de vista
evolutivo), anteriormente el hombre era uno con la naturaleza, cazaba para
alimentarse, tenia respeto, sabia que no debía matar a una hembra gestante o
amamantando porque la cría quedaría desamparada, etc, ahora la industria tiene
a los animales en situaciones indeseables, causando dolor y sufrimiento antes
de que llegue el momento de su muerte, hubo dentro del grupo en mención alguien
que dijo que era mejor matarlos que dejar que mueran por vejez o enfermedad,
pero tendría que analizar más la
situación crítica en la que se producen todos los alimentos, ropa, accesorios
que portan e ingieren:
el
dolor reina, y de dolor y miedo se enferman, por ello no resulta extraño la
cantidad de patologías que se han desarrollado física y espiritualmente.
Para
evolucionar tendríamos que desarrollar más la compasión hacia todas las formas
de vida, y desde mi punto de vista causar dolor no es la mejor forma espiritual
para lograrlo. Desde el punto de vista espiritual, se explica que el animal
capta el momento en que está siendo asesinado y quién lo mata, recibe una
perturbación energética que le genera violencia, agresividad, y un karma
residual muy duro, y quien lo consume, aunque no lo haya matado, capta en menor
grado, pero en forma inevitable los efectos negativos del acto de la muerte del
animal. La industria en torno al matadero es de un horror, rayano al de un
campo de concentración en el cual han perdido la vida millones de seres
humanos. Le estamos haciendo lo mismo al animal y creemos que podemos salir
indemnes de crueldades que parecen estar socialmente aceptadas?
Estoy totalmente de acuerdo con lo anterior. Llevo alrededor de 3 años siendo vegetariana (diría que más pero en ese ínter tuve "resbalones"). Dejé los cárnicos de un golpe sin prepararme ni equilibrar con otros alimentos. A pesar de todo, hoy sé que lo haría nuevamente si fuese necesario. En la búsqueda de una elevación del Ser es necesario ir haciendo más sutil nuestra alimentación, más ligera, más etérea. Sin embargo, ahora reconozco también que muchas almas han tenido una carga kármica tan fuerte que en ésta vida requieren de un cuerpo y alimentación densa para anclarse en este plano y hacer lo que les corresponde para después conseguir la sutilidad poco a poco. Dicho proceso puede ser muy veloz o lentamente, eso depende de la fuerza con que el individuo trabaje su espíritu. Comprender que cada quien va a su tiempo, ritmo, modo y necesidad nos ayuda a fluir sin presiones, con lo cual nuestra energía entra en armonía con las otras y colabora en una transición menos conflictiva hacia niveles evolutivos.
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