Hoy quiero compartir con ustedes un ensayo que tomé de Federación Pagana Internacional de México, ya que por diversos motivos no puedo publicar con la misma frecuencia que antes. Aclaro, no es que no tenga el mismo interés, sino que atravieso por momentos "un poco dificiles". Sin embargo, sigo aquí, gracias a las bendiciones de la Gran Madre.
Algunas cuestiones me gustaría aclarar: En días pasados recibi un correo donde me preguntaban sobre la o las fuentes de donde tomo la información que publico (refiriendose a la preparación de la loción de hace días). Aunque en general muchas cosas se pueden encontrar por internet, gran parte de mi se encuentra influenciado por las costumbres de mi localidad. En donde vivo, predomina una etnia conocida como Zoque, es por ello que mucho del material que he expuesto (y que seguiré exponiendo) es parte de una investigación si no puedo decir contundente, si ha llegado a mi por medio de la tradición oral. Ahora sí, dejo una parte del ensayo de Carmen Orellana Tarwe, titulado LA SITUACION SOCIAL DEL PAGANISMO EN MEXICO.
Hablar de “Paganismo” en México es hablar de la fusión de lo antiguo con lo moderno, de las justificaciones políticas y las necesidades sociales, de los cambios generacionales y de la globalización.
Si tomamos al paganismo en su acepción más común y general, en donde se incluyen todos aquellos cultos diferentes al católico, nos encontramos con una gran variedad de creencias regionales que en muchos lugares tienen predominancia tanto en número como en importancia. Así podemos ver que en dichas comunidades el chaman, santero, curandera, partera, etcétera cumplen con papeles muy específicos y de suma importancia dentro del grupo social, además de que están clasificados según su origen, genealogía, sexo o “cualidades”.
María Teresa Sepúlveda en su libro “La Medicina entre los Purépecha Prehispánico (UNAM, 1989) señala:
“Entre los aztecas, López Austin, menciona que existían cerca de
cuarenta clases de brujos, magos y hechiceros, poseedores de
técnicas propias cada uno. Entre ellos estaban los tlacatecolo,
hombres-buho de costumbres nocturnas, y los nahuales, hombres de
personalidad ambivalente (buenos y malos), que tenían el poder
de transformarse en otro ser: animal, centella o cometa”.
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ResponderEliminarme gustado mucho este articulo. buen trabajo y sigue así.
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