Vivimos una realidad estridente, artificial, apresurada, frenética y desgastante. El tiempo se nos escapa de las manos sin aprovecharlo realmente. Creemos y no actuamos.
Es un gran reto para todos los paganos (o para quienes pertenezcan al Sendero mágico-espiritual) de la actualidad, articular lo cotidiano con lo sublime.
Menciono esto por la reciente publicación de un artículo titulado "Los sanadores del siglo XXI" en la revista Enigmas en al edición No. 169 en el que se describen algunas incorporaciones de las nuevas tecnologías en los antiguos saberes milenarios.
Me permito transcribir textualmente una frase:
"La sanación en este nuevo milenio parece recurrir a métodos del pasado más remoto, aplicándolos en base a las nuevas tecnologías que ahora poseemos" pag. 40
Autor: Jesús Callejo
El debate inicia al cuestionarnos ¿Hasta que punto nos es propicio modificar (alterar) la Tradición, por acción del medio circundante?
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